Metamorfosea su imagen hasta la que tuvo inicialmente para pasar desapercibido y asciende hasta Paraíso. Es tan bonito como siempre. Se queda en la entrada admirando su hogar de antaño y dudando si entrar. Aún está a tiempo de salir de allí, lo mejor seria encontrar antes a su contraparte, pero el lugar es demasiado tentador.
Se queda allí plantado pensando en silencio, contando la cantidad de guardias vigías que hay, y los que están dentro de la ciudad, ninguno es nadie de antaño, parece que todos perecieron en la Gran Guerra, ha pasado tanto tiempo y allí, casi en el centro, el castillo de Mithos Yggdrasil, tan bonito como siempre y con tan despreciable dueño...
Tras meditarlo mucho entra transformado en Luzbel a Paraíso, decidido a tomarse la venganza.
Vuela veloz asta el castillo de Mithos Yggdrasil